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1976___Linda experiencia con los chicxs

 

“QISPI KAY” escrito en Quechua, el cual fue el  idioma de los incas y la lengua nativa de mayor uso en Sudamérica, la cual se extendió desde el norte de Argentina hasta el Sur de Colombia, significa la capacidad que tiene el ser humano de poder obrar según su propia voluntad (libertad), a lo largo de su vida y no ser obligado a hacer cosas que no le guste.

Este proyecto responde a la BECA DE CIRCULACIÓN #24  “INTERCAMBIO CALI – LA PLATA (Argentina) - FUNDACIÓN CULATA, que tiene como propuesta seleccionada “QISPI KAY”, del Artista Urbano y Licenciado en Artes visuales Anderson García Pérez “Visual” de la ciudad de Santiago de Cali.

La propuesta de intervención mural “QISPI KAY”, propone visibilizar la unión latinoamericana a través de representaciones gráficas basadas en los pueblos indígenas Estuvieron vinculados al Imperio Inca y se extendió a través de toda la cordillera de Los Andes, asentamientos que descienden y ascienden entre en Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú. “QISPI KAY” pretende colocar en escena el legado y tradición cultural, guerrera y de resistencia de los pueblos originarios representados por Atahualpa, considerado el último emperador inca de estos territorios hermanos, considerado el más guerrero  y defensor de sus tradiciones ante la invasión española.

La obra, compuesta de una propuestas mural,  titulada “QISPI KAY”, será elaborado en Argentina y Colombia, respectivamente, la intervención mural representará aquellos hilos conductores entre los pueblos indígenas de los territorios mencionados, con dos murales que tendrán como estructura semiótica las similitudes entre las características estéticas de los rostros indígenas, la morfología de la familia lingüística quechua a través de tipografías y significantes en segundo plano que tendrán referentes comunes como las aves, la gama cromática de las banderas y los objetos sagrados de los rituales.

 

Sobre Atahualpa y la representación gráfica de la propuesta

Cuenta la leyenda que su padre, el gran emperador vio que su hijo (Atahualpa) manejaba con habilidad las armas, por lo cual le regalo armas le un arco de bejuco y flechas de oro. El principito estaba feliz con el nuevo juguete. De pronto asomó una guacamaya, ave de preciosos colores: cuerpo rojo, pecho azul y verde, alas también azules y cola roja. Al instante, Atahualpa cargó el arco, disparó con certeza y la mató. Saltando de alegría y con la presa en la mano corrió en busca de su madre, Pacha no lo recibió contenta y le hizo notar que había cometido una maldad, Le dijo que se mataba al enemigo en la guerra porque también posee armas para defenderse, no así a las avecillas que adornan la naturaleza con su vistoso plumaje y alegran con sus trinos. Atahualpa enmudeció largo rato. Con la cabeza baja y en silencio reconocía tan grave falta. Pacha arrancó un plumón de la guacamaya y le puso en la frente del pequeño, para que no olvidase la lección. Desde aquella ocasión y hasta la tumba, Atahualpa lució el penacho en la corona real con plumas de guacamayas.

Es por ello que la cultura inca enlaza toda Latinoamérica, representa las  formas, lenguajes, lucha por sus tradiciones, sistemas políticos y hasta rasgos ancestrales, existiendo  hilos conductores de unión cultural y posiciones sociales entre los pueblos suramericanos. 

Los colores y el wiphala

La wiphala es una bandera cuadrangular de siete colores utilizada por algunas etnias de la cordillera de los Andes, considerada un símbolo patriótico. Existen variantes de la wiphala, La más extendida es la usada en la actualidad como símbolo étnico del pueblo aimara, la cual fue reconocida como símbolo del Estado Boliviano por la Constitución de 2008.

Algunos de los colores tienen que ver con dioses y creencias de los pueblos originarios.

Rojo; representa al planeta Tierra (aka-pacha); es la expresión del hombre andino, en el desarrollo intelectual; es la filosofía cósmica en el pensamiento y el conocimiento de los amawtas.

Naranja; representa la sociedad, es la expresión de la cultura, la preservación y procreación de la especie, considerada como la más preciada riqueza patrimonial de la nación; es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.

Amarillo; representa la energía y fuerza (ch'ama-pacha), es la expresión de los principios morales del hombre andino, es la doctrina del pacha-kama y pacha-mama: la dualidad (chacha-warmi) son las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.

Blanco; representa al tiempo y a la dialéctica (jaya-pacha), es la expresión del desarrollo y la transformación permanente del qullana marka sobre los Andes, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el arte, el trabajo intelectual y manual que genera la reciprocidad dentro la estructura comunitaria.

Verde; representa la economía y la producción andina, es el símbolo de las riquezas naturales, de la superficie y el subsuelo, representa, tierra y territorio, la producción agropecuaria, la flora y fauna, los yacimientos hidrológicos y mineralógicos.

Azul; representa al espacio cósmico, al infinito (araxa-pacha), es la expresión de los astros y los efectos naturales que se sienten sobre la tierra, es la astronomía y la física, la organización socioeconómica, político y cultural, es la ley de la gravedad, de las dimensiones y fenómenos naturales.

Violeta; representa a la política y la ideología andina, es la expresión del poder comunitario de los Andes, el instrumento del Estado, como una instancia superior, lo que es la estructura del poder; las organizaciones, sociales, económicas y culturales y la administración del pueblo y del país.

Los colores se originan en el rayo solar al descomponerse del arcoíris blanco (kutukutu), en los siete colores del arcoíris (kurmi), tomado como referencia por los antepasados indígenas, para fijar la composición y estructura de nuestros emblemas, organizar la sociedad comunitaria de los Andes.

Bandera-Wiphala-2.jpg
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